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La importancia de aceptar el duelo generado por el Covid-19

La incertidumbre generada por un virus desconocido, la cuarentena preventiva, el cambio obligatorio de rutina y el fácil acceso a la información sobre cifras de contagios y muertes a nivel mundial, despiertan uno de los mayores miedos de la humanidad: el miedo a la pérdida; a la pérdida de la vida, de la familia, los amigos, la salud, el trabajo, la estabilidad económica, las expectativas, la rutina, e incluso, a perder la tranquilidad que genera la “supuesta certeza” de tener aseguradas situaciones o cosas. Todo ello, nos deja expuestos a un proceso de duelo emocional y por ello me parece importante explicar este proceso y brindar algunas recomendaciones que permitan afrontarlo de la mejor manera posible.


Se podría pensar que el duelo comenzó con las primeras noticias sobre la pandemia y su posterior expansión por el mundo, pues en ese momento se inicia la pérdida de la noción de seguridad, normalidad y estabilidad. Esta sensación de pérdida se intensifica cuando nos ordenan cancelar eventos, se impide el contacto físico y la posibilidad de llevar a cabo celebraciones y eventos sociales; y, finalmente, se declara el aislamiento preventivo y obligatorio, con lo cual perdimos aún más el contacto físico, la posibilidad de viajar, el ambiente laboral, el trabajo y las expectativas que se tenían para el año 2020, entre otros.

La pandemia nos ha obligado a bajar el ritmo y nos confronta a pensar sobre la vida y la muerte, sobre los problemas sociales, sobre la empatía o falta de ella, sobre lo afortunados o desafortunados que somos y sobre lo que resulta verdaderamente importante en nuestras vidas, desencadenando con ello una serie de preocupaciones infinitas.

Pero es importante saber que el duelo es el resultado de un conjunto de procesos psicológicos y psicosociales que surgen tras la pérdida de algo que tiene valor, dentro de los cuales es normal que aparezcan emociones como tristeza, rabia, ansiedad, culpa e impotencia; también pueden aparecer pensamientos como negación, incredulidad y/o reflexiones sobre la soledad y el abandono; e incluso, resulta normal que aparezca sensación de ahogo, debilidad, alteraciones del sueño, dolor de cabeza, aumento o disminución del apetito, entre otras.

No obstante, el duelo resulta útil para nuestra supervivencia, porque nos motiva a estar más conscientes, reflexivos y agradecidos, nos obliga a ser precavidos con nosotros mismos y con los demás y, nos conecta con lo que consideramos lo más valioso de nuestra vida. Por consiguiente, es recomendable validar la presencia del duelo, pues ello nos permite decidir más acertadamente la manera de afrontar la situación.

Para adaptarnos al cambio de manera gradual y sin entrar en pánico, se recomienda: i) normalizar el desequilibrio emocional que genera el duelo, siendo conscientes de que es normal que se presenten las sensaciones propias de éste; ii) recordar que el miedo, la tristeza y la ansiedad pueden generar imágenes mentales negativas y catastróficas, las cuales se pueden equilibrar con ejercicios de respiración profunda, meditación y mindfulness a los que se pueden acceder de manera gratuita en internet y que pueden ayudar a lograr mayor tranquilidad; iii) recordar que somos seres sociales, por lo que resulta importante mantener contacto con tus seres queridos, amigos y compañeros de trabajo; iv), procurar recibir información sobre el Covid-19 únicamente por canales oficiales y evitar sobreexposición a las noticias; v), intentar cuidar el patrón de sueño, alimentación y actividad física; vi) aprovechar la luz solar cuando sea posible por una ventana, balcón o terraza; vii) evitar la presión de utilizar el tiempo al máximo y; viii) atreverse a pedir ayudar profesional en caso de necesitarlo.


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